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domingo, 25 de junio de 2017

Por ti y para ti.

Él es mi calma, mi bastón, mi locura y mi amor, es mi detonante de alegría o de temor, es mi cómplice, mi compinche, mi amigo y mi motivador, él es agua, pero también fuego, es fuerza, pero también sensibilidad, me protege, pero ama que yo lo cuide, él cuida mis sueños y yo cuido los suyos.

Discutimos fuerte y decididamente defendiendo los ideales de cada uno, pero él más que yo, sabe cómo remediarlo, es orgulloso, pero conmigo no, él sabe hacia dónde ir, pero siempre quiere mi consejo y mi guía, siempre pide mi opinión sin importar cuál sea, él cree que yo soy interesante pero la realidad es que él hace interesante cada plan que tenemos juntos, porque es tan detallista, tan dedicado y espontáneo, tiene la habilidad de sorprenderme cada día.

Sí, él y yo hemos encontrado una pasión única por la vida y la belleza que no está dentro de los cánones estéticos, tenemos aventura, riesgo, exploramos, probamos, vivimos encontrando lugares asombrosos, por su vista, por su paz, su color, su energía y su historia, él y yo somos dos personas con la mente y el corazón en el aquí y ahora descubriendo el mundo.

Es que el paso de los años nos ha enseñado a ver con más claridad que lo que vale y supera el tiempo, son los momentos que nos han tocado las fibras más profundas del ser, no hay tiempo pasado que sea mejor que el ahora, cada tiempo conserva su valor, estamos hechos de cada uno de esos momentos y hay que concentrarnos en seguir guardándolos como únicos, con la seguridad que cada vez esos momentos serán escritos en otros capítulos más avanzados de este libro llamado vida.

Él, en otras palabras, eres tú, el que me ha cautivado por completo, ha llenado mis días de alegría, de amor y expectativas, tu mirada en la que me pierdo, tu sonrisa en la que me encuentro de nuevo y tus abrazos que me vuelven invencible, eres tú el dueño de esta inspiración, es por ti y para ti estas palabras desde lo más profundo de mi corazón.

Te invito a seguir viviendo esta aventura tomados de la mano, cerca de Dios y volando sin prisa, sin distracciones, únicamente volando para vivir apreciando lo que tenemos hoy, alimentado por este motor llamado amor.



Dedicado a Stephen Beech.
Liliana Rubio.

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