Nos quedamos cortos con un simple ¡feliz dÃa mamá! Pero para ellas es tan significativo que lo digamos, que recordemos que se hizo un dÃa en su conmemoración, aún cuando su labor es de por vida.
Mujeres divinas su amor, su entrega y compañÃa es algo que agradecemos cada dÃa, a Dios, a la vida y al universo, tal vez olvidamos estúpidamente decÃrselos, pero nos sentimos afortunados de tener una amiga incondicional desde el momento en que fuimos concebidos, a alguien que siempre sabe como nos sentimos sin necesidad de palabras.
No nos alcanza la vida para agradecer todo su sacrificio, de jóvenes no lo percibimos muy bien, pero cuando la madurez llega a nuestra vida, podemos ver con mayor sensatez lo verdaderamente importante en el camino y entonces ahà están ustedes y enfrente de nosotros pasan las imágenes de todo lo que hicieron para que nosotros lográramos llegar justo ahà donde estamos.
Quizá no se lo decimos pero en ese momento nuestro corazón se achicharra y lloramos desconsoladamente de alegrÃa por ser el mundo para una mujer maravillosa a la cual le decimos mamá, también lloramos de pena por hacerles la vida tan difÃcil y haber sido tan desagradecidos hasta ahora. Entonces ahà empezamos a tratar de ser mejores personas, a comprender y sobre todo a valorar su existencia.
No importa cuán grandes seamos o que tan lejos estemos de ustedes, siempre vamos a sentirnos sus niños, siempre vamos a necesitar un abrazo, su bendición, el beso y la cantaleta, siempre necesitamos a nuestra mamá.
¡Feliz dÃa mamá! ¡Feliz dÃa 365 o 366 dÃas del año! ¡Te amo mamá!
Liliana Rubio.

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