Un
viaje de cinco horas convertido en trece eternas y desesperadas
Un
viaje Traumático
Al planear un viaje uno
tiene buenas expectativas y más cuando el recorrido promete un paisaje de
grandes montañas y bella vegetación, sin embargo en el bello país Colombia lo
mejor es prepararse para pasar un día entero entre trancones.
El estar en trancones y
tener un tránsito desorganizado ya es una situación tal vez de conformismo en el país, sin
embargo, es algo molesto y es seguro que es una condición que muchos compatriotas
quisiéramos cambiar, pues tenemos el derecho de recorrer los extensos y bellos
paisajes del país sin estar atrapados en filas innumerables de autos que no se
mueven por dos horas y cuando por fin avanzan parece que adelante donde origina
la causa que uno rara vez llega a saber, únicamente se desplazan de 2 a 3
carros que logran llegar hasta el siguiente tramo de la pesadilla.
Quindío es un departamento
hermoso, con el clima fresco y grandes cafetales uno de los atractivos que
incentivan a un viajero propio o extranjero a pasar por la tierra de cafeteros,
y cómo no querer visitar Armenia si es que Colombia es reconocido por su
sabroso e inigualable café, que tintero no quisiera ir a disfrutar de una
deliciosa taza de del líquido oscuro con aroma cálida, porque eso si en este
país se comparte y se disfruta un tinto hasta con el enemigo y si vas por esta
tierra de gente amable con más ánimo degustas hasta el último sorbo.
Sin embargo antes de llegar
a estos destinos los millones de viajeros estamos sometidos a pasar un día en
las vías y perder parte del plan que se tenía, frustrando así nuestro deseo de
conocer un poco más, de explorar y limitando el tiempo que ya estaba limitado a
un fin de semana y que además no es cualquier fin de semana, sino que está acompañado
de un lunes festivo, en pocas palabras un día más que nos alegra de tener,
almenos, para destinarlo al plan retorno.
Viajando el pasado fin de
semana para Armenia exactamente el sábado, en un recorrido que debería haber
durado máximo 5 horas, saliendo de Melgar a las 9:00 a.m. duramos 13 horas
llegando a Armenia a las 10:00 p.m. todo parecía ir bien hasta que nos
detuvimos en una curva antes de Cajarmarca, el primer gran plantón de carros
que duró cerca de hora y media, pasando el peaje recibimos la primera
información, "antes que paguen les informamos que hay trancón y que los únicos
carros que se han visto bajando son los que han pasado y al cabo de un tiempo se
regresan porque no ven esperanzas de
acabar la detención del tráfico, parece que algo ocurrió en la vía y tal vez
dentro de tres horas habiliten paso, si deciden pasar ahora se hace el
respectivo cobro del peaje y al devolverse deben pagar de nuevo" de verdad muy amable la información además la única que se había tenido hasta
ese momento, perdón confirmo de hecho fue la única que tuvimos en trece horas
de viaje.
Una hora y media de trancón
aun no hacen perder el entusiasmo, claro que seguimos avanzando hasta llegar al
trancón más absurdo hasta ahora de mi vida, ni vehículos subiendo, ni vehículos
bajando, atrapados en plena Línea donde los millones de curvas producen mareo y
una sensación de adrenalina, por supuesto detenidos todo el día no se llega a este
sentido, lo más frustrante es ver que las horas corren más que los autos
delante tuyo, pero lo peor es ni tener información, ni haber llevado comida
para el camino o mejor dicho que la poca que se llevó ya se haya acabado.y para unos primerizos que
no conocen la vía, tener la esperanza de encontrar una tienda es algo que
considero un desafío de supervivencia, uno añora al vendedor ambulante y sus
venditas meriendas, pero ninguno programó su ida para salvarnos de la ulcera y
la gastritis en semejante trancón, escuchar la radio y que den la noticia que el
trancón parece no prosperar, pero nadie da la causa del trancón y si uno de
Colombiano no entiende imagínense a un extranjero, yo creo que es triple de
trauma e impotencia.
¿Será que le quedan ganas de volver? Tengo un
poco de duda, yo deseo visitar de nuevo esta tierra, pero con total sinceridad
no dejo de pensar si he de pasar por lo mismo me quedo en casa y me decido por
piscina y ya. Es una verdadera lástima que no podamos visitar la Colombia
hermosa, diversa y verde con la certeza de que no hayan trancones, es que
manejar por horas no es el problema, porque al llegar al destino yo sé que vale
la pena. El problema es estar detenidos por horas con la incertidumbre, ¿será
que falta mucho o falta poco para avanzar?
De esto culpo a las
autoridades competentes, ¿por qué razón nos someten a esto? Tenemos el derecho
a viajar y aportar a la economía de sectores turísticos y bellos, esa es la
otra cara, afectan los ingresos de la gente que ofrece diferentes servicios a
visitantes, seguramente el sábado muchos hubiéramos almorzado en Armenia,
Salento o Calarcá, pero ni alcanzamos a la cena. Y al final el motivo del trancón
eterno eran mulas y vehículos de carga
pesada, estacionados desde la entrada (para nosotros y salida para ellos) de
Armenia hasta gran parte de la vía por
no decir la mitad de la Línea.
De verdad permítanme la
pregunta ¿qué recocha es esto? Señores de las autoridades competentes, los de tránsito,
si los vehículos de carga pesada, grande, ancha, mulas o volquetas (y me
perdona este gremio si uso mal los términos) no tienen permitido transitar ¿Por
qué rayos los dejan pasar para armar semejante trancón? De verdad que alguien
me diga si esto es serio, si acaso esto es cordura? si esta es la forma de
controlar, no hemos avanzado en nada, pues qué sentido tiene detener el tráfico
pesado si de igual manera no garantiza la movilidad, que ironía el trafico pesado detenido y con ellos el trancón, además la vía no es ancha
para estacionarlos a un lado que chiste tan malo.
Por favor trancones así no
merecen la paciencia de los viajeros, no merecen la pérdida de tiempo, no
merecen el trauma, trancones así no se justifican, trancones así solo
significan la burla que nos hacen en la cara, la mala imagen del país.
Trancones así solo demuestran el desorden tan desmedido y la falta de
organismos de control en el país.
Por: Liliana Rubio.
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